Hoy dejo Bruselas y me llevo toda la vida.

Irse es el inicio, lo difícil es el resto

Segundo relato "Living la vida Georgia" 30 de mayo , 2017

Cesárea Evora es la que pone el alma a una de mis canciones preferidas: Sodade. El término "Sodade" es un vocablo criollo de su Cabo Verde natal, proveniente de "saudade", palabra reputada por ser una de las palabras portuguesas más difíciles de traducir.

El término expresa una tristeza nostálgica cuando una persona se siente privada de su pasado. El hecho de desconocer la palabra, no implica que no se nos prive de padecerla, y lo mejor es, que no se sabe muy bien, qué puede provocarla.

Hoy sonrío al pensar, como Mari Ángeles sufrió, ante la ausencia del sonido de las campanas de su pueblo natal, enfrascada en el medio del oeste americano y me pregunto, si el destino me deparará igual suerte.

Tengo las maletas hechas y la decisión tomada. Hoy salgo por esta puerta y no hay vuelta atrás. Mi mente va delante, ya se va regocijando de llegar a Tbilisi, mi primer destino, ya está ansiosa de vagar, por calles sin rumbo fijo en la capital de Georgia, calles vacías que todavía no sabes, con que sentido vas a llenar, calles que son la bellota de Aristóteles: todo en potencia y eres tú, el que se las tiene que apropiar.

Hoy dejo Bruselas y me llevo toda la vida. No es la primera vez. Supongo que soy una persona, que no está hecha para quedarme siempre en el mismo lugar. Ya lo he hecho muchas veces. Pero por mucho que me vaya, una no se acostumbra, sé de muy buena tinta que siempre duele volver y recordar lo que eras y lo que tuviste una vez.

En cualquier caso, si hay algo de lo que me alegro, es que, yo sé que Bruselas no me deja a mi. Todo lo que he vivido en esta ciudad, se queda aquí, y me seguirá como una sombra, hasta que nos veamos de nuevo, siempre me esperará entre la niebla, en blanco y negro, con las otras ciudades, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Las malas, la memoria las ira desgastando e irán, poco a poco, saliendo del lugar de las malas, haciéndome más liviana, y las que queden, serán las importantes, y no me pesarán porque habré aprendido de ellas.

Irse es la palabra clave. Irse es el inicio, lo difícil es el resto.