Batumi y la noche de los feos
El mar y unos inmensos rascacielos, aparecieron ante nuestra vista, cuando llegamos a Batumi, provenientes de Kutaisi.
Post de Batumi
Nos topamos con la Torre de las Letras, un edificio futurista, con una especie de cinturón, donde aparecen todas las letras del alfabeto georgiano. Luego, apareció el edificio de la Universidad Tecnológica, con una noria integrada en su estructura, la cual nos dejó un poco boquiabiertos.
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Torre de las Letras, un edificio futurista, con una especie de cinturón, donde aparecen todas las letras del alfabeto georgiano.
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Al inicio del bulevar, justo al lado de la noria, y entre las palmeras de colores, se encuentra una escultura, que concentra la atención de todos los transeúntes. Se trata de dos esculturas de acero de más de 3 metros de altura y 7 toneladas de peso. Son dos siluetas, un hombre y una mujer, las estatuas se mueven hasta encontrarse, se funden en un solo cuerpo y se separan en una danza eterna.
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El MacDonals más suntuoso de la cadena esta situado en este edificio de Batumi. Detràshay un impresionante edificio sovietico
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El ritual de la época digital se pone en marcha. Las piezas giran y tardan unos 10 minutos en completar la vuelta, justo el mismo tiempo que los viandantes esperan ansiosos, con las manos temblorosas, cámara en mano, grabando el baile. El momento álgido culmina cuando las figuras se entrecruzan. A los que ya estaban allí, los 10 minutos para hacer el video, se le añade el resto del publico, capturando con sus móviles la foto, en ese momento mágico, en que parece que la pareja se besa.
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Esta obra de arte necesitaba un alma y la encontraron en una novela, que cuenta la trágica historia de un amor eterno. Un joven azerbaiyano musulmán, se enamora de una princesa cristiana georgiana. La pareja es separada, tras la invasión soviética y el joven muere defendiendo su país. Los georgianos bautizaron estas estatuas como Ali y Nino, los nombres de los protagonistas de la novela, en una especie de alegoría a lo difícil que es amar, con el corazón destrozado, desde cada uno de los pedazos.
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Vista desde el hotel.Al subir en el teleférico, y ver las calles polvorientas y destartaladas de la Batumi no turística, nos dimos cuenta, como la ciudad ha sufrido un "lifting" facial de muchísimos millones de laris, destinado a convertirla, probablemente, en un complejo turístico de moda, parecido a las Vegas.
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Dejamos las maletas en el hotel, situado en frente de la iglesia ortodosa de San Nicolas y empezamos un paseo, donde la sorpresa, fue la nota dominante.
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Luego, apareció el edificio de la Universidad Tecnológica, con una noria integrada en su estructura, la cual nos dejó un poco boquiabiertos.
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Atractivo paseo marítimo, y a lo largo de estos 6 kilómetros de ventana abierta al mar, la locura dándose cita, con hoteles y restaurantes de lujo imitando la torre de Pisa, el Partenón griego, o el mismisimo faro de Alejandría, todo ello adornando con las mismas fuentes de agua musicales, que en la capital de Nevada hacen furor.
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Atractivo paseo marítimo, y a lo largo de estos 6 kilómetros de ventana abierta al mar, la locura dándose cita, con hoteles y restaurantes de lujo imitando la torre de Pisa, el Partenón griego, o el mismisimo faro de Alejandría, todo ello adornando con las mismas fuentes de agua musicales, que en la capital de Nevada hacen furor.
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Atractivo paseo marítimo, y a lo largo de estos 6 kilómetros de ventana abierta al mar, la locura dándose cita, con hoteles y restaurantes de lujo imitando la torre de Pisa, el Partenón griego, o el mismisimo faro de Alejandría, todo ello adornando con las mismas fuentes de agua musicales, que en la capital de Nevada hacen furor.
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Atractivo paseo marítimo, y a lo largo de estos 6 kilómetros de ventana abierta al mar, la locura dándose cita, con hoteles y restaurantes de lujo imitando la torre de Pisa, el Partenón griego, o el mismisimo faro de Alejandría, todo ello adornando con las mismas fuentes de agua musicales, que en la capital de Nevada hacen furor.
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Batumi y la noche de los feos.
La carretera la encontramos atestada, de vacas vagando sin rumbo y de conductores suicidas. El mar y unos inmensos rascacielos, aparecieron ante nuestra vista, cuando llegamos a Batumi, provenientes de Kutaisi.
Batumi es una ciudad del mar negro, està situada en Georgia pero tiene aires turcos. Su lado ruso sale, por donde menos te lo esperas, al igual que sus banderas europeas. Das un paseo y en pocos metros puedes ver: una diminuta sinagoga, una imponente iglesia católica, otra armenia, con sus cantos y sus inciensos, otra georgiana, con sus velas y sus iconos y si cruzas la calle, sin esperarlo, emerge un minarete señalando una mezquita. Se ve una ciudad que no sabe muy bien, qué puente hay que cruzar o qué puente hay que quemar, pero que avanza hacia un caos donde todo parece encajar.
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